Primera carta, primeras palabras que escribo dirigidas a casi cien personas que decidieron ceder su correo en un enlace para recibir(me) Gracias por recibirme, gracias por leerme y por abrirme tu corazón, si estas leyendo esto estoy seguro que lo haces con la intención de “encontrar” algo. Alguna palabra, algun pensamiento o sentimiento que contribuya a tu expansión, y si hoy puedo ser eso para ti, que así sea. Pero déjame decirte que en mi, o en mis letras no encontraras nada que no este en ti, no encontraras aquello que puedes sentir “te falta”, porque tu ya eres completo, yo solo puedo ser un espejo. Me gusta pensar que estas cartas son y serán un medio para recordar (del latín récordis que significa “volver al corazón). Tengo 20 años de mi vida acompañándome de la escritura, y he encontrado que por encima de todo, la escritura me ha hecho recordar, recordar que soy, recordar que quiero, que siento, quien era antes de que el mundo me dijera quién debía ser. Y ha sido lo más sanador de mi vida. Recordar es sanar y sanar es recordar. Me da la impresión que cada vez que sano un poco más, recupero un fragmento de mí, de mi esencia, de mi verdad, de ese niño que un día fui.
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¿Por qué sanamos?
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Primera carta, primeras palabras que escribo dirigidas a casi cien personas que decidieron ceder su correo en un enlace para recibir(me) Gracias por recibirme, gracias por leerme y por abrirme tu corazón, si estas leyendo esto estoy seguro que lo haces con la intención de “encontrar” algo. Alguna palabra, algun pensamiento o sentimiento que contribuya a tu expansión, y si hoy puedo ser eso para ti, que así sea. Pero déjame decirte que en mi, o en mis letras no encontraras nada que no este en ti, no encontraras aquello que puedes sentir “te falta”, porque tu ya eres completo, yo solo puedo ser un espejo. Me gusta pensar que estas cartas son y serán un medio para recordar (del latín récordis que significa “volver al corazón). Tengo 20 años de mi vida acompañándome de la escritura, y he encontrado que por encima de todo, la escritura me ha hecho recordar, recordar que soy, recordar que quiero, que siento, quien era antes de que el mundo me dijera quién debía ser. Y ha sido lo más sanador de mi vida. Recordar es sanar y sanar es recordar. Me da la impresión que cada vez que sano un poco más, recupero un fragmento de mí, de mi esencia, de mi verdad, de ese niño que un día fui.