Quiero sentirlo todo
los viajes internos que se vuelven externos, las miles de millas que se vuelven historias y las dudas que el sentir hizo respuestas.
La vida ha estado movida e interesante, por momentos se siente que va más rápido que mi mente, y me toca correr para entenderle. Aunque una gran parte de mí, desde hace ya tiempo, hizo las paces con no entenderlo todo. Me parece aburrido y agotador querer entender todo lo que sucede a mi alrededor. Muchas veces he optado por no querer entender todo en la vida, más si tratar de sentirlo todo en la vida.
Hay una canción que se llama como esta carta: “Quiero sentirlo todo”. Esa canción es el soundtrack de mi vida, así elegí que fuera. Me pareció divertida la idea de elegir una canción que pudiera sonar siempre detrás, y que me recordara cuando yo olvidara. Que me recordara un poco de quien soy, un poco de la vida que busco y un poco de aquello que podría llamar “mi destino” y no porque crea que hay una historia lista para vivir escrita en piedra, el destino para mi es un llamado que se siente, se escucha y se sabe en lo más profundo de mi alma. El llamado de quien, de alguna forma, vine a ser a este mundo. Siempre con espacio para transformarlo.
Y por estas ultimas dos semanas dude un poco de mi destino, dude un poco de todo lo que he creído con firmeza. Y esta bien, es incomodo pero siempre he sido partidario de cuestionar, de dudar y si es necesario re-afirmar. O transformar, aquello que ya no se sienta como mi verdad. Dude un poco, — o un mucho— sobre lo que comparto, sobre lo que yo llamo “mi trabajo” que nunca se ha sentido como uno. Esta vez la duda fue diferente a otras veces, no dude de mí o mis capacidades, dude de si verdaderamente es lo que deseaba ser y hacer. Estas preguntas me mataron de miedo, pues el acto de cuestionar lo que hoy es casi mi mundo entero, se sintió como perder el piso. Pero también creo que es de valientes, abrir esas puertas que nunca abrimos, y lanzar las preguntas que nadie quiere lanzar.
Mi mente no me pudo ofrecer respuestas nuevas, o claridad en mis preguntas, y me di cuenta de que estaba solo pensando, no sintiendo. Tendemos a confundir estas dos, así que me toco bajar al cuerpo. El cuerpo es sabio y si le permites, te mostrara con claridad lo que sientes, y muchas veces le ignoramos, porque sabemos que lo que en verdad sentimos, difiere mucho de lo que hoy vivimos. Y es más fácil ignorar que evolucionar, más facil ser estáticos que entregarnos a los cambios.
Decidí que pondría atención a lo que sentía, y por unos días ignoraría lo que pensaría. Y vaya que había olvidado lo mucho que hay por sentir en esta vida, y sí, me paso por la mente el plan de huida. Pero lo que no sentimos en su momento, se nos cobra en el tiempo.
Estas semanas de dudas, sentir fue la respuesta.
Di tres clases para mi curso de sanación, sintiendo cada palabra, cada rostro que veía por la cámara. Sentí la emoción antes de abrir la computadora, la creatividad mientras compartía y la plenitud cuando concluía. Y ahí la duda se disipo: esto era lo que quería ser y hacer. Porque algo que me hace sentir cómo eso me hizo sentir, no se puede pretender ni fingir.
Sentí cada palabra que he escrito en mi diario y en estas cartas, mientras bebía el café frio que amo con pasión, y la duda se disipo. Amo escribir, y amo compartir, y planeo hacerlo por lo que dure mi existir.
Sentí aquel atardecer que vi en Madrid, sentí la ciudad, sentí sus calles y sentí a sus habitantes, y la duda se disipo. Amo moverme, amo explorarme y planeo seguirlo haciendo para conocerme.
Sentí la incomodidad y el dolor cuando alguien que quiero hace un par de días me hirió, y sentí la calma de poner un limite aunque eso involucre que algo murió. Y sentí el amor por mí mismo, por tener la valentía de no bajar la cabeza y defender mi palabra, aunque por fuera no se viera. Y sentí la calma de no tener nada que demostrar, solo saber que me tengo a mí para cuidar, pues ya no estoy dispuesto a elegir aquello que me va a lastimar. Y eso, sé que es amar. Amarme más, y mejor.
Sentí cada pagina del libro que compre en un bazar, sentí al autor y su don, y ahí la duda que por mucho tiempo he tenido se disipo: eso quiero hacer. Plasmar esa historia que vive en mí y que quiere vivir, para que otros la puedan sentir.
En catorce días he sentido todo lo que he sentido, suena redundante, pero piensa cuantas veces sientes en un día sin sentir. Al primer chispazo de emoción, la entierras sin darle atención.
Sentí la gratitud y el amor más grande que he sentido por mí mismo, viendo el cielo de Madrid, pensando “Wow, enserio me traje aquí”. Sentí la creatividad mas bella que he sentido mientras escribía estas cartas, y la ansiedad mas fuerte mientras estaba a punto de dormir sin soñar, y el cariño más puro en el abrazo de mi abuela, y un dolor punzante al decir “no voy a permitir esto” y el cansancio más grande después de todo este viaje.
Así que si, sentir puede ser incomodo, desconocido, pues nadie nos enseño a vivirlo. Pero también es bello, es liberador y hasta sanador, pues he entendido que solo puedo sanar lo que me doy permiso de sentir.
Y sentir es clarificador, pues cuando mi mente quizo dudar, quizo sabotear, mi sentir vino a clarificar, diciendo “recuerda lo que te hace sentir”. Como me hace sentir mi trabajo, y escribir, y viajar y vivir. Creo que la experiencia más espiritual, es el poder sentirlo todo sin juzgar. Y crear con aquello que siento. Eso es creatividad.
Crear + vida = creatividad.
Sentimos para crear y creamos para poder sentir y expresar. Y quién sabe, quizá esa es la manifestación más común y poderosa De Dios-universo. Cuando sentimos lo que sentimos y somos impulsados a crear con el sentimiento. Y si lo pienso bien, estos días he sentido a Dios, en el cielo naranja, y en la mirada de quién me acompañaba, y en las ideas creativas que llegaban, y en el impulso de crearlas.
Dios es un artista y nosotros somos sus obras creando sus propias obras.
No siempre sabremos qué sigue, qué queremos, quiénes somos. Pero siempre sentimos, y si sentimos, clarificamos, pues iremos más profundo en el océano. Las emociones son la superficie, y si les perdemos el miedo, encontramos el tesoro.
¿Que tesoro esta esperando por ti, en el fondo de lo que tanto te niegas a sentir?
Gracias por leerme, y por sentirme.
Love, Abner
Ame esta parte : “recuerda lo que te hace sentir”. Como me hace sentir mi trabajo, y escribir, y viajar y vivir. Creo que la experiencia más espiritual, es el poder sentirlo todo sin juzgar. Y crear con aquello que siento. Eso es creatividad. Crear + vida = creatividad. "
Darle vida aquello que quiere ser visto. Gracias Abner por compartir, por ser tu mismo. Gracias por el regalo que eres en el mundo. Sigue siento tan mágico, es un gusto leerte.
Saludos,
Cris