“Perdón por todo” fue el mensaje que recibí de mi mamá hace poco.
“¿Sabes? yo no, porque lo que hemos vivido ha sido perfecto, no me imagino una historia más autentica entre una madre y un hijo que esta”
Y es que es así.
Hoy mi madre cumple años y estamos separados por todo un océano. Con ocho horas de diferencia. Con miles de kilómetros. Con cientos de países entre nosotros.
Pero quizás, más cerca que nunca. Que ironía.
Cuando busco en mi mente e internet escritos y poemas que hablen sobre la relación mamá e hijo, no encuentro ninguno que a nosotros se acomode. Todos hablan de perfección, todos muy curados y bien cuidados. Todos mencionando lo magistral que fue su mamá y cuan magistral se hicieron ellos en consecuencia.
¿por qué ninguno habla de las bajadas?, ¿de la veces que el corazón se nos rompió?, ¿de las veces que no podíamos mirarnos a los ojos?, ¿de las veces que fuimos todo menos mamá e hijo ideales? y del camino de regreso hacia nosotros.
Yo quisiera cederle un espacio a eso. Esto es una oda a la imperfección.
Porque mi mayor revelación vino en Octubre, cuando la vida me sacudió horriblemente y mi primer pensamiento fue “necesito a mi mamá”
Fue extraño, admitirme que necesitaba a alguien que toda la vida me dije no necesitaba. Y ahí lo entendí: necesitaba el amor que solo mi mamá ha podido darme. Si, ese amor y ese vinculo imperfecto, lleno de contrastes y matices, lleno de contradicciones y vértices, ese.
No me dieron ganas de un amor perfecto, de palabras perfectas, del abrazo perfecto, de algo perfecto que me curará el corazón. Lo único que desee, fue el amor imperfecto.
Nos hemos roto el corazón, solo para poder mirarnos por dentro.
Nos hemos desconocido, solo para darnos cuenta que ni tu eras quien yo creía que eras ni yo era lo que tu creías que yo era. Ni tu eras solo mamá y yo no solo era hijo. No éramos la imagen que creamos del otro. Y volvernos a conocer.
Nos hemos alejado, solo para reconocer cuanta falta nos hacemos. Porque en el fondo las distancias, siempre han sido intentos de protegernos.
Nos hemos pasado por alto, solo para mirar cuan importante es este vinculo.Porque pretender que no nos importa nunca se nos dio bien.
Nos hemos desprotegido, solo para un día darnos cuenta que de alguna forma, siempre hemos sido tu y yo cuidándonos la espalda.
Hemos sido muchas veces todo menos mamá e hijo, solo para hoy, yo sentirme orgulloso de decir “ella es mi mamá” y agradecer profundo que no sea nadie más quien ocupe ese lugar.
No hay vínculos más fuertes que aquellos que han atravesado tormentas y tsunamis, donde el mar paso en el medio y por un rato se pierden de vista, luchando cada quien por respirar, y un día se dan cuenta que sin saberlo, siempre estaban con la mirada y el corazón buscándose, deseando que el otro respiré y no deje de nadar.
¿Cuál es el regalo que me dio mamá?, ¿qué de ella vive en mi?
Mi ilógica resiliencia, digo yo.
Es así, esa resiliencia, ese volverme a levantar una y otra vez, ese volverme a armar y re-armar, qué es ilógico, porque si por lógica me moviera, mi mente se hubiera rendido hace mucho ante todo lo vivido. Pero en mi existen unas ilógicas ganas y fuerzas para seguir atravesando la vida. Y eso es algo que solo mi mamá me dio.
Y ese regalo me ha traído hasta acá, por eso es invaluable. Si algún día te hubiera gustado darme mas, te prometo que con eso, hiciste lo de cien vidas y más. Y el día que no estes, y la vida me vuelva a sacudir, y yo me vuelva a levantar, sabré que estás ahí.
Gracias porque en esta vida, nos toco aprender distintas formas de ser mamá e hijo. Y es que así tenia que ser, ma. Somos tan especiales y diferentes, que no habría manera de vivir un vinculo convencional como el de todos los demás.
¿te imaginas? que te pregunten “¿y cómo te llevas con tu hijo?” y contestar el clásico “bien” y sonreír sin más.
Que me preguntan “¿y tu mamá?” y yo decir “todo bien, nos vemos de vez en vez y ya”
Ja. Eso no sería muy nosotros, ¿verdad?
Que pesadilla. Yo amo esta historia enredada, intensa y hermosa.
Y este vinculo es algo que no se puede describir, me han preguntado en este lado del mundo “¿y cómo te llevas con tu mamá?, ¿cómo es la cosa entre ustedes?”
No puedo contestar, porque para mi, este vinculo no es algo a ser entendido, no es un concepto que pueda entrar a la mente de alguien y ser concebido, porque solo tu y yo sabemos, es algo a ser experimentado. Y solo quienes han estado cerca y pueden tener un vistazo, me han dicho “que especial vinculo”
Lo único que puedo decir siempre es, que este vinculo me sabe a sol.
Cálido, intenso, que ilumina, que puede quemar, que nutre, que da vida, que es la promesa de un nuevo día, eso a lo que las flores se orientan. Como la sensación del sol sobre tu piel después de nadar en el frio mar, que te calienta, te hace cerrar los ojos y sentir que todo esta bien.
Cómo dijo Henry Ward:
“Cuando Dios penso en mi madre,
debio reir con tal satisfacción
y la encuadro rápidamente
—Tan llena, tan profunda, tan divina,
tan llena de alma, poder, belleza,
fue la concepción”
Feliz cumple ma.
—Abner
Gracias una y un millón de veces por ser tu , por ser nosotros ♥️ por ser mi alita !!! Te amo mucho ♥️♥️