De las cosas que tengo desde que nací, es el arte. Es como respirar. Puedo dejar de hacerlo un rato pero eventualmente tengo que.
hojas, acuarelas, lápices, colores. Eso es lo mio. Es mi hábitat. Donde me siento cómodo. Donde me siento yo. En la creación.
Y por años fue mi sostén. Mi piso. Lo único que tenía cuando más nada había.
hasta que lo dejé.
Crecí. Y no me traje eso conmigo.
“¿Para que lo haces si no te vas a dedicar a eso?”
lo miro, en mi existía el condicionamiento de que si le dedicare tiempo a algo, es porque seré el mejor. O haré dinero con eso. Si no, ¿para que?
Y la presión. Ni se en qué punto deje de disfrutarlo porque la voz en mi cabeza me decía “no lo haces tan bien”
Ni me meto ahí, suficiente ya le escarbe en terapia.
Hoy le digo a esa voz:
“Che, ¿y quién corno te dijo que quiero hacerlo bien?”
¿bien para quien?
¿Qué es bien?
¿Que es mal?
¿Por qué espero hacerlo bien?
¿No es suficiente hacerlo y ya?
Hoy, después de años de visitar de forma ocasional mi lado artista, fui a comprarme mis materiales. Hojas de acuarela, pinceles, lápices y de los elegantes — cumpliendo el sueño del yo que no tenía para pagarlos—
y me senté y dibujé.
Ni se si salió bien. Ni me importa. Solo se que lo disfrute. Por amor a hacerlo. Por el juego. Porque estoy vivo. Porque puedo.
A veces me gusta pensar que así es Dios. Pintó el universo solo porque quiso. Sin preguntarse si estaba bien o era suficiente, solo le dio rienda suelta a la mente.
Ese es de mis planes para el 2025:
Hacer por hacer. ¿Es que todo tiene que tener una explicación?
No pinto por salud mental (increíble quien si)
No pinto para decir algo siempre (amor a quien si)
No pinto para hacer dinero (ya tengo mi empresa)
Y a veces a todo eso si. Y a veces no. A veces pinto por todas esas razones. Y a veces no. A veces solo porque si.
Quiero jugar más. Quiero crear más. Quiero hacer más. Solo porque si.
Porque amo quien soy cuando creo solo por crear. Amo quien soy cuando no trato de ser el mejor. Amo quien soy cuando no trato de “hacerlo bien”.
Y ya ni hablo de pintar.
Como dijo la gran Glennon Doyle: “quizá sientes que vives mal porque estás tratando de hacerlo bien”
Eso.
Amo quien soy en ese espacio. Amo quien soy cuando estoy viviendo, sin estar buscando mejorar cada segundo.
Y no es mediocridad. Es quizá, libertad.
—Abner