2:46 am y el cerebro no me deja dormir después de lo que acabo de descubrir, así que, ¿por que no compartir? Al final, escribir estas cartas siempre es como un sello final para mi, un proceso interno que se vuelve externo. Y la única razón por la que lo vuelvo externo es porque creo que puede ser útil.
Mi abuelo decía: “si no tienes bueno para decir, no lo digas”
Le tomo la palabra.
Al grano. Ve por tu café porque esto se pone bueno.
REALIZATION:
“No tienes nada que aprender”
Esto cayó a mi cuando leía “conversaciones con Dios” (GRAN libro) y Justo mencionaban esto, el cómo por años nos han metido a la cabeza que la vida es como una escuela para las almas, que venimos a aprender lecciones, a superar pruebas y trascender heridas.
Pero, ¿si hubiera otros caminos?, ¿quien dijo eso?, ¿no es otra forma de limitación?
es como los 10 mandamientos y los pescados… solo que adornado.
Si la realidad se crea según lo que creemos, ¿que realidad creamos si todo el tiempo creemos que tengo algo que aprender? Y peor… ¿aprender cómo? Yo era de los que creía hasta hace unas horas (porque ya renuncie a esa creencia) que aprendemos a través del dolor. Ya sabes, esto de “el universo me quiere enseñar algo en esta situación”, “hay una razón más grande de que yo esté viviendo esto”
Pero, ¿qué tal que no?, ¿qué tal que eso es romantizar el drama y el sacrifico?, ¿hacernos el camino más pesado?
Piénsalo, si tú alma es infinita y sabia en absoluto, y tengo libre albedrío, ¿que me querría enseñar el creador?, ¿estar esperando la lección no es hacerme más lento y pesado todo?, ¿por que no simplemente darme la oportunidad de elegir algo más? Por el hecho de que puedo, de que lo que estoy viviendo ya no está en sintonía con mi ser. Y si de paso algo le rescato a lo vivido que increíble. Pero eso no significa que hubiera una lección… quizá solo un reflejo de mi interior. Eso.
Escucho estos diálogos de: “después de esto viene un milagro, confía”
¿No es eso reforzar estas creencias del dolor?, ¿de que Dios castiga y luego premia?, claro, porque fuimos fuertes y guerreros y nos ganamos el premio. Porque sobrevivimos a la diluvio.
Ya no me hace sentido eso. Es más fácil creer en el destino o en un plan, porque te evita la tarea de elegir y pensar por ti.
Porque quizá nos enseñaron a que somos minúsculos. ¿Quien soy yo para elegir?, que sea el universo quien elija por mi, que seguro un plan tiene con cientos de lecciones…
¿Y si no hubiera plan? ¿Ni lecciones?, ¿y si el único plan es que crees tú vida?, ¿si la lección es la libertad tan absurda que tenemos?
“Hágase tu voluntad”— quizá esa frase era para nosotros…
Porque es duro pensar que el universo no castiga, enseña o premia, solo responde a tu energía.
Es duro porque derrumba ideas de milenios. Ideas antiguas y nuevas, que nos hacían creer que si nos esforzábamos, luchábamos, que si la pasábamos mal, si sufríamos pero la lección aprendíamos seguro nos tocaba premio. Y quizá se nos vaya la vida en eso.
Y pienso ¿cuanto nos mantenemos en situaciones de mierda por esperar la supuesta lección?, ¿el milagro? Que peligroso eso…
si me preguntas a mi, el milagro es un cambio de perspectiva. Y permitimos que suceda cuando soltamos la idea de que en el sufrimiento hay una lección. Quizá la lección es escuchar al corazón.
¿será el momento de dejar ir esas creencias “espirituales”?
En lo personal, sigo creyendo en este Dios amoroso, lo veo como mi amigo, y como tal, m no vivirá por mi, que en el momento que yo elija me apoyara y acompañara. Pero hasta ahí, si yo elegí vivir la vida humana, ¿que chiste tendría si alguien la elige por mi?
¿Tu que crees?, me encantaría saber.
RECOMENDACIÓN:
Te recomiendo mi libro favorito y que inspiró esta carta: “conversaciones con Dios 1”
Para mi es como un MUST, lo leo y leo y siempre llega desde un nuevo lugar. Hasta ahora, es de los libros espirituales que más sentido me hacen. Que me dan paz, esperanza y libertad. Y derriban mis creencias. Eso es arte si me preguntas. Algo que puede crear todo eso junto.
Léelo y me cuentas.
Se acabo el café. Siento me lo bebí de fondo. Tenía que contarte esto. Espero hayas disfrutado tu café. ¿Nos leemos pronto para otro?
Love, Abner