“estás viviendo otra vez, después de Octubre Abner”
Estoy en Paris, lo que empezó como un viaje por Europa donde recorrí Paris, Venecia, Roma, Lake Como y Milan, se convirtió en yo viviendo por un tiempo en Paris junto a una nueva amiga.
“Honestamente me sorprendería más saber que algo así NO pasó en tu viaje” me dijo una amiga cuando le conté en que andaba.
¿Qué puedo decir? Si estás cerca de mi no te perderás de los mejores plot twists nunca.
Las últimas semanas han sido una locura, podría decir que un año entero cupo en 20 dias. Atravesé el mundo por segunda vez, aterrice en Paris, vi todas sus maravillas, recorrí sus calles, comí sus panes, vi los nenúfares de Monet, la torre encenderse, el arco enorme y me senté a lado del río.
Luego tome un avión a Roma, donde camine y camine hasta más no poder, comí pizza y tome un Aperol a lado del coliseo y brinde a lo alto.
Tome una tren a Venecia, vi los paisajes más bonitos que he visto, olvidé mi maleta y me morí de risa porque solo eso me pasa a mí. Compré más ropa para poder seguir y camine y camine. Me embriague de su belleza. Sus calles de agua, sus góndolas que transportan amor, risas y personas, desayune a lado del río central y me senté a comer un gelato en el centro y solo estar.
Tome un tren a Lake Como de último momento. Ropa nueva, mochila en hombro y corazón latiendo rápido.
Llegué a un airbnb en la montaña con vista al lago, lo más impresionante. Me perdí un momento en aquel laberinto de casas italianas de ensueño, de esas que solo ves en películas. Comi junto al lago y me monté en un tour de esos de lancha. Me hice amigo de una alemana que igual iba sola y nos dieron champagne y brindamos en medio de la lancha. Una señora a lado de nosotros tenía miedo por la velocidad y le dije que gritara
“WUHUUUU! WE ARE IN ITALY, WE ARE ALIVE!!!” grité
Ella rio con su hija y me siguieron e hicieron lo mismo. Nos tomamos una foto y me agradecieron.
Me senté a ver el atardecer en mi ventana.
Camine por una carretera en medio de la madrugada por un pueblo italiano para tomar un bus. Nunca tuve miedo — aunque si fue arriesgado— nunca digo no a una aventura.
De ahí tomé un tren a Milán, caminé y caminé, compré más ropa, entré a una librería y me perdí sin ver el reloj, aunque la sección de libros en no italiano era diminuta, 50 libros son suficientes para perderte por horas en ellos.
Compré un par.
Y regresé a Paris. Y una pijamada de una noche de convirtió en una mañana en el parque en el lugar lleno de margaritas, donde se me dijo “quédate en Paris, no tienes porque volver ya”
Y dije “si”
Y desde entonces me despierto con la luz del sol y los árboles que abrazan el balcón de mi amiga. Me despierto con el verde vida.
Y tomo capuchinos y como “pain au chocolat” más seguido de lo que quisiera admitir en la panadería que esta frente a la calle.
Y camino cada mañana en un parque inmenso con un lago hermoso y agradezco todo lo que veo.
Y me sente a leer junto al Río Sena.
Y salí a cenar y conocer gente nueva.
Y salí a bailar, a tomar un trago o dos, sacudir el cuerpo como si no hubiera mañana, reírme fuerte, decirle “gracias” al italiano que me dijo “eres un chico hermoso” y sentir calor interno por el francés que me guiñó el ojo y me sonrió.
Y camine Paris bajo la lluvia a las 3:10 am junto a dos chicas
Y hago de cenar con mi nueva roomie y hablamos de todo
Verás, cuando pensé en este escrito, iba a empezar por lo que diré, pero preferí acabar con eso. Preferí contarte primero todo lo que he hecho, todo lo que ha pasado, en donde he estado, quería empezar por lo bonito, por lo bueno, antes de decir lo que me cruzo hoy la cabeza por la mañana:
HAY VIDA DESPUÉS DEL ABUSO
¿Qué pasó en Octubre del 2024? Mi mente sacó del fondo el recuerdo y el saber que lo más horrible me pasó.
¿Qué pasó de Octubre a Marzo del 2025?
Me mantuve a flote como pude después de tocar fondo. Éramos yo, la arena, los peces y los corales. Era yo sabiendo que tenía que nadar y salir pero sin poder hacerlo. Era yo pensando “quizá esta es la vez que me ahogo, quizá esta vez no podré ser fuerte, quizá esta vez no podré rescatarme, quizá esta vez es más grande que yo, quizá esta vez no podré darle la vuelta al destino como siempre hago”
Me senté con mi dolor, con mis pedazos, con mis peces y corales. Me senté hasta que mis pulmones ardieron y me exigieron respirar.
¿Y como diantres se vive después de esto?
Como pude. Como supe. Como mejor hice.
Pasaron muchas cosas en el intermedio y a la vez nada. Un congelamiento. Una pausa tenebrosa. Un silencio que me dejaba sordo. Una calma que me asustaba y desesperaba.
Esos silencios después de que alguien dice una noticia horrible. El anuncio de una muerte. O una mudanza al otro lado del mundo. Un rompimiento de relación.
De esos segundos de silencio absoluto, de vacío profundo, pero llenos de todo.
En mi caso esa sensación duró meses.
Maldita sea que algo pase. Que algo se mueva. Que algo se rompa al menos. La granada había explotado y ahí estaba yo, sentado viendo los escombros, ya nada se caía, nada se movía, nada colapsaba, nadie gritaba, ni yo mismo. Ya el desastre había tomado su lugar graciosamente.
y me fui a mi caparazón. Sin ver casi a nadie, sin ir a casi ningún sitio, sin tener casi ningún estímulo. Ni siquiera me esforcé por barrer los escombros. Camine con delicadeza como si tuviera miedo de tocar algo. Quizá lo tenía. Todo están tan frágil y al rojo vivo. Sabía que yo estaba en una cuerda floja.
Me desconecte de la vida.
Y ahora, meses después, poco a poco estoy re-introduciéndome a la vida. he de confesar que cuando imaginaba mi regreso a la vida, pensaba algo suave y tranquilo, pero eso no sería muy yo.
Regrese a la vida, la vida me pidió mi regreso, nada más y nada menos que en Paris, del otro lado del mundo.
Me siento como un niño explorando todo de nuevo. Saliendo de mi capullo, con algo de miedo lo confieso, no sé qué tan frágil sigue todo, todo es más brillante de lo que recuerdo, todo es más ruidoso, más intenso y más inmenso
Y todo es hermoso de lo que recordaba.
— Abner