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Hoy es un día importante Un día que ha mutado. Porque era necesario. Porque ES necesario. Porque el mundo tiene que cambiar.
¿Qué hace un hombre escribiendo de esto?
Se que es un territorio que no me concierne. Ni pretendo que lo haga.
Solo se que me importa y jamás pediré perdón por eso. Son muchas las razones por las que en esta vida me siento mucho más cercano a las mujeres y ¿sabes? no me molesta en lo absoluto. Siempre lo he sentido y bailar entre eso ha sido mágico.
Las personas que más admiro en la vida son mujeres. La mayoría de mis libros favoritos los han hecho mujeres. Mis maestros y terapeutas son mujeres. Mis más grandes amistades han sido mujeres. En mi familia han sido las mujeres las que me enseñaron de sufrimiento, coraje, valentía, amor y reconstrucción.
Aún recuerdo la vez que en una constelación me dijeron: “tu elegiste nacer hombre y ser gay para sanar dos cosas: el ser y encarnar que existen los buenos hombres y a la vez, enamorarte de uno. Un día vivir lo que es el amor genuino y sano”
La carga cósmica que he sentido de mi linaje ha sido grande. Pero importante.
Y no quiero hablar hoy de las heridas heredadas de mi clan, sino de la fuerza, de la resiliencia, del amor, de la magia que también corre en mi sangre. Hablamos mucho del trauma generacional
hablemos también de los regalos generacionales.
Que cada vez que la vida me pesa o me asusta solo me recuerdo:
A mi abuela, sacando adelante 4 hijos sola
con hambre, frio, miedo
yéndose sin nada a Estados Unidos
atravesada por la vida
con una fe en Dios inquebrantable.
En mi tía, dejando a quien sería su esposo
dejando atrás toda una vida
un país
porque sabia era lo mejor para su bebé
y para ella misma.
En mi mamá, viendo una prueba de embarazo positiva a los 18 años, sabiendo que su vida cambiaría para siempre
dando a luz casi perdiendo la vida
yéndome a ver en el hospital en el bus con cesárea recién hecha, cuando mis pulmones se rehusaban a funcionar bien
sobreviviendo al abuso más inhumano a lado de su marido
parándose después de poner a su hija en una urna
reuniendo el valor por 25 años para un día por fin salir por la puerta sin nada con ella.
A mi hermana, cargándome cuando ella igual estaba agotada porque me amaba
que estudio psicología porque se que en el fondo, deseaba entender y sanar nuestra historia familiar aunque nunca llego a hacerlo.
que vio a la muerte de frente a los 22 y quizás — solo quizás — decidir abrazarla.
Pienso en todas ellas. En su valentía, en su coraje, en su dolor, en su amor, en su fe. En quienes fueron, quienes son, quienes serán y quienes no llegaron a ser.
Y pienso en cuanto de ellas hay en mi, lo hermoso y lo doloroso, cuanto de ellas corre por mi sangre, cuanto de ellas me ha moldeado.
Hace mucho en una constelación también me dijeron: “tu linaje femenino tiene un pacto de sufrimiento y tu estás, por laguna razón, ahí”
hoy deshecho por completo esa idea. No compartimos el sufrimiento, compartimos el super poder de rearmarnos completos. Nos rompemos, y volvemos a armarnos. Eso si lo compartimos.
Somos las olas del mar, que vienen y van
somos aquello contra lo que rompe el mar
somos el mar completo al que volvemos después de romper
somos todo y algo más quizá.
—Abner
Gracias hijo ♥️ por ser tú y ser mi alita