El cuerpo tiene otros tiempos
El sistema nervioso tiene sus ritmos
Mis músculos
Mis huesos
Mi corazón
Mi respiración
Todo tiene un tiempo muy distinto al de la mente. Mientras mi mente registra estar acá, mi cuerpo se quedó allá.
Allá donde sobreviví, allá donde no pude ser yo, allá donde tuve que caminar de puntillas, allá donde tuve que hacerme diminuto, allá donde me tocaron…
Soy muy impaciente, man-gen en diseño humano, Aries en astrología, un pequeño rebelde impaciente desde siempre. Mi cuerpo ha sido mi maestro en paciencia.
Paciencia en lo que mi cuerpo registra lo que es estar a salvo
Paciencia en lo que mi corazón entiende que no tiene que latir a mil siempre
Paciencia en lo que mis músculos entienden que es seguro aflojarse
Paciencia, en lo que mi corporalidad entiende que puede de esa capa de plomo despojarse
Y yo me rindo ante ella. A su sabiduría, a su ritmo, me acerco con paciencia, queriendo entender su forma de medir las horas y la vida.
He estudiado mucho el trauma corporal. Y puedo decir que es como un niñx. Pues en realidad la mayoría de traumas se registran cuando somos niñxs. Los síntomas del cuerpo son los mecanismos de supervivencia de la infancia.
Y como a un niñx, toca ser paciente.
Para enseñar,
Para cuidar
Para entender
Para crecer
Para amar.
Y mi cuerpo está aprendiendo muchas cosas nuevas mientras desaprende muchas otras.
y yo le sostengo mientras eso pasa.
con amor.
Para suavizar todo lo que construí cuando solo sobrevivi.
Amor. Amor. Amor. Suave. Suave. Suave.