AAAAAAYYYYY extrañaba tanto el café helado, esta sección que cree en este newsletter bajo el lema de: un café helado, una realización y una recomendación. No hay chismes, hay veintes.
Resulta que mi plan favorito es ir a cafeterías lindas a tomar cafés con sobre-precios. Un día eres el chico que va de fiesta hasta las 5 am y al otro vas por cafés a leer o platicar. Lo otro fue en otra vida ya.
Bueno pues, espero tengas café en mano o vayas por uno. Debo confesar una pequeña traición: hoy no estoy tomando café helado. Estoy tomando MATCHA CALIENTE. Eso es el antítesis de un café helado. No me culpes, esta frio y estoy sanando profundo mi ansiedad y la cafeína no me cae tan genial. A veces uno tiene que hacer lo que tiene que hacer…
En fin, pretendamos que yo tengo un café helado, que esto es una carta de papel y que estamos sentado en una cafetería linda de New York. Empezamos:
Realización: “En la simpleza esta la verdad”
Esta es una frase que hace muchos años una maestra de un centro de meditación al que solía ir dijo. La dijo una vez, pero se quedo conmigo desde entonces. En su momento me sonaba linda, profunda, más era de esas cosas que no terminas de entender y que sabes que no estas destinado a entender en ese momento. Eso siempre me ha gustado de mi, nunca he tenido prisa por entender cosas. Supongo que una parte de mi confía en los ritmos de la vida — y de mi— supongo la guarde en mi corazón abierto a que un día la entendería.
Para entender algo en verdad, tienes que vivirlo.
Por muchos años le di vueltas a esa frase, y te seré sincero: en algún momento me aburría! “¿quién quiere algo simple?" me preguntaba. Claro, como muchos pensaba que mientras MÁS sea… todo en mi vida, eso quiere decir que soy más exitoso. Y que ahí esta mi felicidad. Y conforme me aventure a dar mis talleres de manifestación, más crecía la sensación.
“Si eres quien da los talleres pues te toca manifestar todo a lo grande”
Más. Más. Más.
Puedo decir que logre esos “más” He caminado por la gran vía de Madrid, he reído entre las luces de times Square, he nadado en el agua azul del Caribe. He generado más dinero de lo que personas que me doblan la edad hacen. He llenado mis semanas de planes y planes con amigos. He entrado a las tiendas de lujo a comprarme las cosas más fashion. Y si bien todas esas han sido experiencias hermosas y que atesoro… debo confesar y nunca creí decirlo: no lo son todo. *aquí me cuestiono la decisión de comprarme esos lentes Prada jajaj*
Las vivi pero siempre había algo que no se terminaba de sentir satisfecho. “¿será que me falta más?”
Para mi sorpresa, de un tiempo para acá, mi vida se ha simplificado mucho. Mis círculos se han reducido, mis planes se han simplificado, el ruido ha disminuido. Me he encontrado a mi mismo con muchos silencios. Muchos espacios libres. Mucho días de absoluta nada. De solo ver un rato por la ventana.
De inicio me enojaba. ¿POR QUE?! Si yo aspiraba a MÁS. Si yo tenía MÁS. Más viajes, más relaciones, más amigos, más planes, más ruido, más compras de lujo! más más más.
De inicio no supe valorar la simplicidad que la vida me presentaba. Pelee con ella. Me opuse. Busque como llenarla. Me invente de todo con tal de ni verla. Menos sentirla.
“Tenía más pero yo no me sentía más”, fue un pensamiento que me atravesó como rayo un día. Al aceptarlo me entregue al proceso.
Y el proceso no te diré que ha sido sencillo o rápido, más ha sido liberador.
Re-significar lo que es “más”.
Por muchos años vivi en un ajetreo constante. De arriba a abajo. De norte a Sur. De izquierda a derecha. Nunca en el centro. Pensaba que para sentirme vivo debía sentír MUCHO. Si no había intensidad, entonces no había nada más.
Hoy aprendi algo diferente y te lo quiero compartir. Y tengo el ejemplo más claro:
hace un rato vivi un día que se quedo en mi corazón: Viví en Oaxaca por 30 días y un día fui con mi gran amiga Lau a clases de ciclo — cosa que en mi vida había hecho— me reí tanto de mi poca coordinación en los pies para la bici. Salimos sudados y nos fuimos a desayunar, pan con aguacate, de ahí, todos sudados y en ropa de ejercicio, fuimos a caminar y platicar. Y por un helado. Y a una cafetería donde jugamos juegos de mesa como niños.
“Que ciudad tan pequeña y aburrida” me dijo alguien cuando le conté. Si supiera que ese día, todo sudado jugando UNO, des-cordinando en mi clase de bici, me sentí pleno. Quizá más que en Madrid. Quizá más que en mi casa en el Caribe.
Y ahí, en esa mesa jugando un UNO que por alguna razón era de tamaño monumental y sudado probablemente oliendo a rayos pensé “esto es”
Y ese es el punto: vivimos con la sensación de que debería haber algo más de lo que hay ya. Para algunos es una pareja, un viaje, más amigos, más dinero en la app de banco, más ropa en el armario, más volumen — o menos— en tu cuerpo. Yo me encontré ahí tanto tiempo: viviendo cosas increíbles pero con la espina siempre de “sería mejor si estuviera/ tuviera…”
Cómo una bebida de strabucks que ya es rica pero en el afán de que sea más, le agregas todos esos jarabes y extras que ofrecen y acaba sabiendo horrible. Acaba siendo demasiado. Si, acabo de comparar la vida con una bebida de Starbucks.
Puedo decir que hoy entiendo esa frase. La vivi. Y me alegra. No quiere decir que no tenga planes y metas “grandes”, quiere decir que cuando estas pasen, se que las viviré en totalidad, no deseando que ojalá haya algo más…
RECOMENDACIÓN:
En esta sección te traigo siempre una recomendación de algo que me haya gustado mucho últimamente. En este caso es una serie de libros.
“Conversaciones con Dios”
Si yo volviera a nacer y pudiera pedirme algo, seria leerme estos libros. Créeme que aprenderás más que en muchos cursos de espiritualidad y prácticas modernas de iluminación. Estos libros me han respondido todas las preguntas más existenciales que me he hecho desde niño.
Sin mencionar que tambien revivieron esa relación con aquello que llamamos Dios.
Leer esos libros es un regalo, uno de los más hermosos que me he dado. Espero lo hagas y me cuentes que te parece y como cambian tu existencia.
bueno, se acabo el café — matcha— Espero algo de esto te sirva, que hoy, solo por hoy, te des el regalo de dejar de pensar en más… se que hoy esta de moda y es hermoso soñar, pero que eso no nos robe el ESTAR. Que no caigamos en la ilusión de contarnos que cuando “x” pase ya viviremos.
Tienes derecho a soñar en grande y gozar tu presente, a pedir más y amar lo que hoy hay, incluso gozar el reconocer que hay cosas que no gozas y gozar el proceso para cambiarlas.
Secreto de manifestación: goza ahora y todo vendrá. Todo se facilitará. Todo será. .
muaaaaaa
— Abner